Tu sombra va a estar siempre ahí contigo. Esto no es una competición para matarla ni acabar con ella. Se trata de vivir juntos felices, de tener momentos de pacto con todo aquello que te jode la vida. Vivir abrazando y aceptando todo eso, porque va a haber momentos en los que tu sombra quiera salir y tomar un poco de protagonismo.
La sombra son todos esos aspectos que no te gustan de ti, que puedes ver (o no), esos aspectos que te hacen la vida un poco más gris.
Si hace tiempo te hablaba de la máscara y quién habitaba debajo de ella, ahora empleo el término de la sombra para designar el reino de la oscuridad personal.
Sobre la sombra han escrito multitud de autores a lo largo de la historia. Si quieres profundizar sobre este tema, te recomiendo el libro «Encuentro con la sombra: El poder del lado oscuro de la naturaleza humana», en el que podrás encontrar pasajes de Carl G. Jung, Joseph Campbell y más de una decena de autores.
Podríamos resumirla como esa versión oscura de nosotros (consciente o inconsciente) que alberga lo más peligroso y más triste de la personalidad… Pero no siempre tienen que ser elementos tristes u oscuros: la sombra puede ser precisamente todo lo contrario. En algunos casos puede estar disfrazada de luz y de alegría de manera seductora para luego llevarnos por sendas que no nos permitan tener una vida en paz.
Jung utilizó el arquetipo de la sombra de dos modos diferentes:
1. Por un lado, se puede definir como la totalidad de lo inconsciente. Del mismo modo que Freud define inicialmente el inconsciente como todo aquello que cae fuera de la consciencia, Jung mantiene el mismo postulado adaptándolo a su propio corpus teórico, en el que el inconsciente tiene, además de la dimensión personal, una colectiva (inconsciente colectivo).
2. En segunda instancia, sombra designa al aspecto inconsciente de la personalidad, caracterizado por rasgos y actitudes que el yo consciente no reconoce como propios.
Wikipedia
Algunos enfoques del desarrollo personal hablan de los extremos y de la dualidad de las cosas. Incluso si nos vamos a la filosofía hermética de los egipcios, estudiada en el libro de 1908 El Kybalión, hablaban del Principio de la polaridad. Luz y sombra, consciente e inconsciente.
Todo es dual; todo tiene polos; todo tiene su par de opuestos; semejante y desemejante son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado: los extremos se encuentran; todas las verdades no son sino medias verdades; todas las paradojas pueden ser reconciliadas.
Principio de la Polaridad (El Kybalión)
Uno puede entrenar su capacidad de tolerancia con la sombra. Se le puede bajar o subir el volumen si se está atento. Con tiempo y con dedicación, uno puede llegar a conocer su carácter y calibrar la magnitud de la melodía que va dibujando en su vida.
Uno de los puntos importantes para vivir en armonía con la sombra es no declararle la guerra e intentar eliminarla, porque por algún lugar luego ella nos puede engañar, con mecanismos enrevesados.
Es como si a un niño le dices que no vaya por una dirección concreta… Al final se va a ir y va a hacer de las suyas.
No la vas a poder eliminar, pero sí llevarte bien con ella.
Es más efectivo que hagas un pacto con esa parte de ti que no te gusta tanto: puedes dejarla salir de vez en cuando, canalizarla de alguna manera para «satisfacerla» y no te dañe en alguna (o varias) áreas de tu vida.
Pacto con la sombra
Objetivo:
Canalizar esos aspectos que mueven a tu sombra de manera concreta, acotada en el tiempo y de forma ecológica para ti (y tu entorno), sin caer en hábitos nocivos.
Ejemplo:
Si a tu sombra le gusta vivir la vida de manera intensa -a veces demasiado-, podrías canalizarlo en actividades como:
- Salir a hacer deporte de alta intensidad 3 días por semana
- Socializar con tus amigos/pareja
- Darte un banquete de buffet libre una vez a la semana
- Quedar con tu crush los viernes para tener una noche loca
- Conducir tu coche con las ventanillas bajadas
- Practicar tiro con arco los sábados
- Tocar timbres y salir corriendo
Estarás eligiendo que tu sombra no te haga sacar la intensidad en ser una persona intensa/iracunda con los demás o irte por derroteros no saludables.
Cuando tú lo decidas tendrás un espacio y un tiempo para explorar y disfrutar tu sombra en positivo, dentro de lo aceptable para que no se coma el resto de áreas de tu vida (trabajo, salud, hogar o pareja, por ejemplo).
Se trata de que esa parte de ti que no te gusta tanto se pueda canalizar en algo que no te joda.
¿Se te ocurre por dónde empezar a hacerle el amor a tu sombra?
Fotografía de Mohamed Nohassi en Unsplash