Seguir al rebaño y hacer caso a las opiniones de los demás es de lo más fácil. No todos estamos preparados de la misma manera para lo que algunos llaman «confiar en el propio ego» y seguir a tu voz interior… Cuando además tu voz interior a veces también te dice que no, que mejor seguir al rebaño.
Por ahí leí hace tiempo que todos los que tienen un proyecto/empresa tienen que tener algo de ego y creer lo suficiente en sus ideas como para seguir adelante y defenderlas. Se requiere también de un cierto «amor propio» y de «amor hacia la propia locura» (en el buen sentido), que a veces pueden ser atropellados por la vulnerabilidad ante lo que nos dicen los demás, el síndrome del impostor y los fracasos.
Para conseguir seguir adelante a veces hay que tirar de lo que yo llamo soledad creativa: sin ella es muy difícil salirse de la caja, ya que la inercia nos lleva a pertenecer al grupo, a pertenecer de manera eterna al grupo del consumidor y a dejar dormido a nuestro yo creador. Esta soledad del creador es necesaria para construir las bases de una futura constancia y personalidad creativa.
Si nos dejamos llevar por el rebaño, acabaremos nuestros días enteros viendo contenidos de Netflix, explorando Twitter e Instagram sin fin y jamás lograremos dejar nuestra marca en el mundo. Sí, tendremos tema de conversación con todxs los demás, que como tú, están dormidxs y son consumidores ad infinitum.
Es por eso que estoy empezando a aficionarme a separarme de lo que los demás quieren para mí, o lo que es más importante: no pienso dejar que mis decisiones pasen por el filtro de otros (ya sean mis padres, mis amigxs, colegas de trabajo, clientxs o jefxs) para ser validadas. Si yo creo en mi talento y en mis ideas, es una cuestión de (1) tiempo y de (2) «picar piedra» que consiga mis objetivos. No hay otra.
Si nos dejamos llevar por el rebaño, acabaremos nuestros días enteros viendo Netflix y perteneciendo al eterno grupo de consumidores, dejando a nuestro «yo creador» dormido ad infinitum
Si hago caso a los demás, al final no estoy siguiendo mi camino. Y los demás siempre van a tener claro cómo tengo que ser yo (según su visión del éxito, que probablemente no sea igual que la mía).
Es por eso que también es una decisión acertada bloquear el uso de redes sociales durante gran parte del día (cada vez publico y chequeo menos), poner el móvil en modo avión y -esto último ya no lo hago, debería recuperarlo, pero me ha servido mucho en el pasado- levantarme a primera hora, antes de que la mayor parte de la gente esté activa durante el día (hace tiempo me aficioné a salir con la bici o a correr entre las 6 y las 7 de la mañana, «encendía las luces de la ciudad»; es una sensación que hace tiempo que no repito pero que os recomiendo, inspira bastante para el resto del día).
Estos y algunos consejitos más, los he ido poniendo en práctica con los años… Y tengo que reconocer que hay un libro que me dio bastantes ideas: El Club de Las 5 de la Mañana: Controla Tus Mañanas, Impulsa Tu Vida de Robin Sharma, el autor del mítico El monje que vendió su Ferrari.
Llevo tiempo mentalmente queriendo formar parte del 5AM Club, pero requiere de una fuerza de voluntad increíble; incluso a veces pienso que es un sacrificio innecesario, yo me daría más fácilmente de alta en 6:30AM Club; pero últimamente tampoco.
Lo gracioso es que cuando he tenido toda la mañana para mí, he llegado a las 12 de la mañana con todo lo que tenía que hacer en el día completamente hecho, y una energía mucho más positiva con la vida. La parte negativa es que me cuesta mucho mantenerlo o ponerme en marcha, tengo que tenderme «pequeñas trampas» para ponerme en acción. Este verano salía cada mañana con la bici porque me ponía las mallas, la camiseta y las zapatillas lo más rápido posible y me tiraba de la cama a la calle (o incluso salir con el chandal/pijama)… Me lo hacía súper brusco para ponerme en marcha lo antes posible porque si me lo pensaba demasiado no lo hacía: mi crítico interno me diría que «menuda pereza».
Lo que quiero deciros con este post es que no importa lo que los demás piensen: ponte a crear a tu bola, y ve sacando cosas a tu ritmo, mientras los demás duermen o están a lo suyo. Con el paso del tiempo se va consiguiendo consistencia. Levantarte antes por la mañana y estar despierto creando sin distracciones de los demás te hace ganar tiempo para ti y tus creaciones.
Si ya has incorporado esto en tu vida, te tengo que felicitar, puesto que no es fácil estar subido en este carro, requiere disciplina.
Crear apartadx de lxs demás hace que tu esencia (quien eres por dentro realmente) gane terreno a tu ego (quien has mostrado de cara a la galería con la inercia de los años) y que puedas acercarte a quien realmente quieres ser.
¿Cómo puedes acercarte a tu bootcamp creativo esencial cada día un rato -horario a convenir- sin pagar un euro, con los recursos que ya tienes?
Fotografía de JOSHUA COLEMAN en Unsplash