Simplemente entra por la puerta y hazlo, lo que sea que no te atrevas a hacer. Ya veremos luego si te has pasado o no.
No mola supeditar tu vida a que tus fantasmas mentales o esa vocecilla de la conciencia te pidan «que llames al timbre» primero y veas si se puede entrar para estar completamente seguro.
Claro, que en el pasado puede haber habido ocasiones en las que has entrado y no se podía… No estamos en 2022 para cagarla más (o sí).
Aquí cada uno, según su personalidad, se llevará las manos a la cabeza y me podrá decir: «Noo, ¿cómo me voy a atrever a hacer yo eso?», o todo lo contrario… Que precisamente «Así me ha ido por ir de flipado por la vida abriendo puertas y pegándomela luego».
En este post te propongo simplificar las creencias que te impiden llegar tan lejos como te gustaría.
Anteriormente ya he hablado un poquito sobre el impostor y sobre dramas varios como la ansiedad, la vulnerabilidad, la soledad y la máscara.
Demos la bienvenida a la profecía autocumplida (also known as «El efecto Pigmalión»):
La profecía que se autorrealiza es, al principio, una definición «falsa» de la situación, que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva «verdadera».
Robert K. Merton (sociólogo) en su libro Teoría social y estructura social [ Wikipedia ]
En resumen: que dejes de contarte cuentos chinos para no hacer lo que has venido a hacer. Si no haces nada, y te quedas sin abrir la puerta o sin entrar ahí donde te da miedo, sí que no va a ocurrir nada y entonces sí que se va a cumplir esa profecía que dice que fracasarás.
Jack Butcher (creador de Visualize Value, oro puro) también es otro de los que aboga por darle una patada a estas profecías creando y trabajando, poco a poco en el día a día, y acercándote a eso que quieres conseguir.
No tiene que ser algo abrupto, sino que vayas construyendo con pequeños pasos, pero con una dirección y un poco de cabezonería (de la sana).
A él le está saliendo muy bien la jugada, y si investigas un poco por sus redes, verás que es uno de los grandes currantes del siglo XXI, con una mente disruptiva pero sobre todo, con un instinto encendido.
Dispara.
Es la única manera de acercarte a tus objetivos.
Y si esto requiere ir perdiéndole el miedo progresivamente, bien.
Si te quedas sin disparar, sin comunicar tu verdad, sin ofrecer tu opinión, sin aportar tu valor… Se cumplirán esas pesadillas catastróficas de que no llegas a eso que querías.
Volviendo a la profecía autocumplida del señor Merton, él decía que se tienen que dar estas tres condiciones para que se cumpla:
- Tener una falsa creencia sobre algo o alguien
- Tratar el asunto o persona de forma que encaje con la creencia
- El resultado o comportamiento de la persona confirman la creencia
Por eso, es normal que conozcamos a alguien, le veamos un lunar en la cara y sí, casualmente, lo tiene en el mismo lugar que aquella profesora tan odiosa de dibujo técnico que tuvimos en el instituto. Ya nos cae mal.
Automáticamente, pensamos que va a ser mala persona y que nos va a echar la bronca a la primera de cambio como aquella profesora.
Finalmente, llega el día en el que esa persona nos hace cualquier comentario desafortunado y… ¡Bingo! Nuestra profecía se ha cumplido: «es mala persona».
Puede ser un poco más complejo que esto, obviamente.
Aquí interviene un poco el impostor, que te ha metido en la cabeza una serie de creencias que no son del todo ciertas.
¿Cómo salir del patrón prisionero de una profecía autocumplida?
01. Lo primero que puedes hacer es detectar una creencia sospechosa en tu día a día, si ves que te encaminas hacia el cumplimiento de una de tus «profecías».
Ejemplo:
«No voy a conseguir vender propuestas a mis clientes potenciales porque son demasiado caras»
02. A continuación darte cuenta de si haces algo que pueda condicionar o provocar el posterior comportamiento de la otra persona.
Ejemplo:
Enviarle a ese cliente potencial una propuesta con dos opciones que sobrepasen el límite presupuestario que él te ha indicado previamente.
03. Paralelamente, es posible que tengas creencias limitantes que arrastras de experiencias del pasado.
¿Puedes encontrar alguna que te esté favoreciendo esa «profecía»?
Ejemplo:
«Si envío propuestas por debajo de X, voy a parecer poco profesional»
04. Lo que te va a hacer tener éxito rompiendo este patrón es buscar hacerlo diferente esta vez: si quieres conseguir resultados diferentes, puedes ir a por ellos desde otro ángulo.
Ejemplo:
Enviarle una opción que encaje con su presupuesto, no atendiendo a esa creencia limitante del punto anterior y arriesgándote a realizar tu pesadilla de «parecer poco profesional» (probablemente no ocurrirá y puede que ganes el cliente esta vez).
Si es una persona que te ha dicho algo que te ha encendido, prueba a darle otra oportunidad, a diferencia de como lo hiciste con el anterior que te dijo algo parecido.
Ante todo, el objetivo es intentar evitar llegar al punto ese de que nuestra mente nos diga «¡¿Ves?! Te dije que ocurriría esto».
Eso no tiene por qué ser cierto.
Permitirte introducir una creencia nueva y dar un paso hacia la luz para salir de ser el observador en la sombra, requiere valentía y determinación.
Dale al stop a esas películas mentales. Seguro que puedes llegar mucho más lejos de lo que te estabas imponiendo 😉
Fotografía de Bit Cloud en Unsplash