Hoy te presento el «estado COACH», algo en lo que he estado poniendo el foco y practicando en las formaciones a las que he asistido como aprendiz de coach a lo largo de los años.
Creo que compartirlo contigo puede dar frutos, puede hacer que mejores en tu estilo de acompañamiento o que te inspire a explorar competencias personales que tenías dormidas.
Esto es más una cuestión de actitud (puede ser adquirida entrenándola con coaches y mentores, aunque hay quien ya la lleva de serie y simplemente es cuestión de ponerle consciencia), como si fuera un botoncito interno que se activa en cuanto empieza una sesión de acompañamiento, algún proceso creativo o presentación en la que se nos requiere de una manera sólida, presente y conectada con lxs demás participantes de la actividad.
Te lo puedes llevar a casi cualquier ámbito de tu vida.
Podría ser un recordatorio de estar en paz contigo y con lxs otrxs para que la reunión sea lo más fructífera posible.
Antes de seguir con esta explicación, me gustaría también aclarar la figura del coach. Un coach es alguien que acompaña y hace preguntas, lleva a la otra persona a que descubra nuevos puntos de vista e ideas que puedan ser relevantes para su caso particular y su proceso (para el que están en la consulta -o no, ya que a veces en consulta salen involuntariamente temas incluso más relevantes que los que originalmente se venían a tratar-).
El coach está presente en la confección del plan de acción con el cliente, pero no es él quien le dice lo que tiene que hacer, sino que es el coachee (cliente) quien lleva las riendas, diseña y ejecuta el plan.
El coach no es un terapeuta y tampoco es un psicólogo, aunque cada vez hay más coaches que han complementado su formación con otras disciplinas creando amalgamas interesantes, como por ejemplo coach+periodista, coach+nutricionista, coach+entrenador, coach+diseñador o coach+psicólogo.
¿Qué es el coaching?
Una vez explicado esto, ahora sí… ya viene «el estado COACH». Apunta con atención y llévatelo en un postit si puedes.
Para este ejercicio mnemotécnico, COACH son las siglas de:
C – Center (Centro)
Estar en tu centro.
Poder estar atentx tanto a lo que te pasa a ti por dentro como a lo que te pasa por fuera. Y sin dejar que lo que te pueda pasar pueda salpicar a la otra persona.
Si te cuenta algo con lo que resuenas muy fuerte, poder parar y observarte un momento antes de saltarle respondiendo con tu experiencia y “poner el foco en tu experiencia para ejemplificar lo que te está contando”. Eso es un poco anticoaching. Aquí ya te has ido del acompañamiento para entrar en una relación de ayudar (hacérselo tú).
Esa parte de tu experiencia la puedes anotar en tu registro de la sesión o llevártela a sesiones de supervisión, donde podrás trabajar cómo te ha arrastrado aquella declaración del coachee a desconectarte de tu centro.
El que acompaña ha de estar en su centro, observando lo que le pasa a unx por dentro, por fuera, y a quien está delante. Es una posición de cierta responsabilidad.
Y también centradx para que la relación pueda establecerse de manera equilibrada, ya que un coach que no ha practicado sus ejercicios de centramiento previo puede transmitir el nerviosismo con el que venía a la sesión (por ejemplo) al coachee sin darse cuenta.
Somos lo que proyectamos y lxs demás lo pueden absorber y mimetizarse fácilmente (hablaremos del rapport en otro post más adelante).
O – Opening (Apertura)
Estar abiertx a lo que vas a escuchar y a la persona que tienes delante.
Abiertx a que toda esa energía e información puedan llegar a ti.
Sí, hablo de energía, porque cada coachee es un mundo y un mismo mensaje puede ser contado con diferentes enfoques, tonos, matices y colores.
Aquí también destacaría la apertura al misterio. Dejarte conquistar por lo que te vengan a contar. Abrirte con curiosidad.
Que sea el coachee quien nos lleve desde su mundo y su visión, y así poder acompañarle desde su ideología, sin querer ponernos en medio y frenarle con nuestros autoconceptos o mapas aprendidos.
Un coach «cerrado» nunca podrá acompañar desde otro lugar que no sea el de «su verdad».
A – Attention (Atención)
Estar atentx a todo lo que te cuenta, tanto física como verbalmente.
Y también a pequeños detalles que puedan ir saliendo en la conversación, reacciones que te puedan dar información extra. Atentx a toda la información con escucha activa por parte de todos tus sentidos.
Si quieres profundizar por aquí, te dejo un artículo para mejorar en esto de estar presente.
C – Connection (Conexión)
Favorecer un clima que permita establecer un vínculo de confianza con la persona con la que estás hablando.
Se trata de sentirse conectadxs durante lo que dure el encuentro.
No significa que tengas que sonreir explícitamente con la boca, sino con una sonrisa interior que haga esta relación (efímera o duradera) o contacto, un encuentro en el que pueda existir confianza.
Es un detalle sutil. Se puede estar conectadx con una mirada o un silencio.
H – Hold (Sostener)
Esto va de sostener a la otra persona con lo que nos traiga.
Sin juzgar personalmente por lo que nos está contando (aquí podríamos volver a llevarnos el juicio, si existiera, a las notas del registro y posteriormente a supervisión, si vemos que esto nos nubla a la hora de acompañar a esa persona).
Saber sostener el encuentro, la sesión de coaching, la reunión, la presentación.
Aquí hay otro matiz muy sutil, pero importante:
No es lo mismo aguantar que sostener.
Aguantar lleva implícita una connotación negativa. No queremos cargar con «ese peso»… Aguantamos a alguien con quien no queremos seguir hablando.
«Lo que hay que aguantar»
versus
«Estuve sosteniéndole durante una hora. Y lo hago con gusto.»
Aguantar vs. Sostener
Sostener es una acción más relajada, un verbo que lleva implícita la aceptación de la persona, no existe el concepto de «esa carga emocional como algo negativo que aguantar», sino que se transforma en cuidado, en afecto, en amor hacia la otra persona. Como una forma de apadrinamiento. Entendiendo amor como compasión y un abrazo hacia la persona que vamos a acompañar en un proceso, ya sea personal, profesional o creativo.
Sin juicios ni moralinas.
Que se pueda sentir arropada con tu presencia. Con tus miradas de camaradería, con tu comunicación no verbal, con tus preguntas y reformulaciones desde el respeto a la diversidad, la curiosidad, el apoyo y la validación personal.
Desde la humildad.
***
Espero que lo que te cuento te pueda abrir nuevos caminos hacia un estilo de acompañamiento con más presencia y solidez.
En caso de que quieras practicar tu «estado COACH» y que te acompañe en el proceso de convertirte en coach especializado en creatividad, puedes echarle un vistazo al Programa para una vida creativa y en equilibrio que he preparado.
Una respuesta a «El «estado COACH»»
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