Seguramente no te lo has planteado de esta manera, pero crear y consumir podrían concebirse como un gran símbolo de Yin Yang… Solo que no en todxs está distribuido de la misma manera.
Dar y recibir = Crear y consumir
¿Eres consciente de cuánto porcentaje del tiempo eres consumidor de información y cuánto eres creador? Por regla general, la mayoría somos consumidores, pero no todos nos interesamos de igual manera por ofrecer nuestros talentos al mundo.
Puede que consideremos que no tenemos nada que aportar o que no tenemos talento o creatividad. En cualquier caso, podemos estar ante la presencia de algún que otro bloqueo creativo.
Consumir contenidos y comer son análogos, ya que recibimos información y sustancia para nutrir nuestros sentidos y nuestra mente y/o cuerpo. Pero… ¿Qué estamos generando nosotros a cambio?
Al igual que con el sistema digestivo, que puede fluir y funcionar correctamente, o podemos estar estreñidos porque haya atasco, con el consumo de información y la creatividad pasa parecido.
Recibimos aprendizajes, creo, para en algún momento devolver al mundo todas aquellas lecciones que hemos aprendido (o para ganarnos la vida haciendo lo que hemos aprendido a hacer). En otras palabras, aprendemos para luego permitir que lo que nos fue dado pueda estar disponible para otrxs. O simplemente compartir nuestra experiencia vital para que nuestros errores y éxitos puedan ser asimiliados por otras personas y mejoremos las vidas de otrxs.
Recibir para luego no dar nada puede sonar un poco egoísta y puede que las tuberías no reciban todo el cariño del mundo si no se entregan frutos (atascos de información en nuestra mente para luego no utilizarla, por ejemplo).
Tampoco se trata de tener que devolver nada obligado, sino como una forma de dar amor al mundo altruista o voluntariamente -e incluso monetizando- en la forma de nuestra sabiduría y empatía con otros que a lo mejor no disponen de esos recursos.
¿Qué puedes ofrecer?
En tu mano está ser consumidor la mayor parte del tiempo o ser creador sin consumir lo que los demás tienen para ti (esto tampoco es malo, hay personas que son creativamente generosas, aunque podría ser una señal de estar cerrado a recibir de los demás; todxs tenemos nuestro tiempo, yo durante mucho tiempo no supe cómo dar ni devolver al mundo). También puedes decidir qué quieres crear y qué lecciones puedes compartir con el mundo.
¿Qué te gustaría recibir?
Aquí puedo mencionar al karma o al mecanismo de un búmerang, que nos dicen que recibimos lo que damos, aunque yo a veces discrepo con esto. Puede ser que no sepas dar lo que te gustaría, porque no te han dado lo que te gustaría, desde tu infancia… Y entonces no sabemos por qué recibimos lo que recibimos. Hay una parte de conocimiento inconsciente aquí. Trabajar con nuestra máscara y ver lo que tenemos debajo podría ser un camino interesante.
Por otra parte, muchxs nos dedicamos en nuestra vida a corregir lecciones pasadas y damos a los demás lo que a nosotros no nos pudieron/supieron dar; deliberadamente decidimos aportar valor a los demás intentando hacerlo diferente a como hicieron con nosotros.
En mi caso, yo decidí acompañar a otros en sus caminos creativos de manera intuitiva, siempre he estado siendo esa figura de apoyo al emprendimiento con mis amigos y familiares desde pequeño; o incluso un poco hacía las veces de psicólogo, preguntando a los demás qué querían hacer con sus vidas y qué les hacía estar tristes o alegres. Puede que esto venga por mis cualidades de soñador y optimista empedernido. Puede que haya influido toda una infancia jugando a los LEGO, creando y diseñando espacios para vivir y disfrutar.
Algunas de las lecciones que puedo compartir con el mundo tienen que ver con la creatividad, y otras también con las de la transformación personal, desde lo mental hasta lo físico, pasando por lo emocional.
Y tú, ¿qué lecciones has aprendido que puedas compartir con el mundo?
Fotografía de Christophe Hautier en Unsplash