El oro es uno de los bienes más preciados de la historia de la humanidad. Conseguirlo se ha convertido en un fin en sí mismo y fruto de ello, se han escrito incontables historias. Podría decirse que la paz interior y la conexión con el propósito podrían ser algo así como el «oro personal». Y a por ello como locos que vamos todos.
Yo en los últimos días he visto una película de estas de la hora de la siesta de cualquier cadena, la comedia romántica de acción «Como locos… a por el oro«, protagonizada por Matthew McConaughey (nunca sé cómo se escribe su apellido, y lo de pronunciarlo ya es otro cantar) y Kate Hudson. Juas. Parece una tontería, pero al final tiene su qué.
La película nos narra la manida historia de «buenorra se divorcia de buenorro porque este último está en la ruina y ella quiere algo más en su vida» con el añadido de que ambos han compartido en el pasado una aventura conjunta que era la de buscar uno de los grandes tesoros perdidos, el del barco español Aurelia, hundido en el siglo XVI.
De esta película se pueden sacar dos aprendizajes:
- Al final, la búsqueda del tesoro es un tema que une y separa a la humanidad entera.
- Da igual lo enfadado que estés con alguien, que si hay un botín de por medio, se pueden superar las diferencias y hacer un esfuerzo por hacer resurgir el vínculo.
Si extrapolamos esto a la búsqueda de la paz interior y del propósito, podemos llegar a la conclusión de que podemos unir nuestras piezas rotas internamente por un bien común, como encontrar el equilibrio personal y la prosperidad.
Es por ello que te invito a que saques el pico y la pala y puedas dejar de lado los puntos flacos que te puedan desmotivar o te hayan jodido la vida en el pasado y visualices esa mina, que en su interior, en algún lugar, esconde un gran tesoro.
Podría definirse la esencia de uno mismo como ese depósito de energía y motivación que te lleva a lo que te hace sentirte útil en la vida, contribuir en la felicidad tuya y/o de los demás, contribuir a construir algo más grande que tú. Algo que trascienda tu propio ego.
La esencia construye el propósito.
Los lingotes de oro pueden construir una pirámide.
¿Cuántas actividades desde la esencia te permites realizar en tu día a día?
¿Cuántos momentos esenciales tienes a lo largo del día? Puede que no sean actividades per se, pero sí momentos en los que sientas que tu existencia está contribuyendo en un bien mayor.
Aquí no es tan importante la relevancia personal de las actividades, sino el bien común que puedes generar con ellas. Puede que te tengas que tragar tu ego para ponerte a ellas. Lo importante no eres tú, sino la actividad.
Algunas personas han tenido la oportunidad de identificar estas actividades y momentos, que podían estar inconscientes o latentes en sus vidas –puede que en su infancia ya las realizaran sin esfuerzo pero un buen día dejaran de hacerlas-, y al elegir volver pasar a la acción de manera consciente están materializando su propósito.
Como locos a por el foco
Ahora te pido que elijas cuál sería tu actividad de pico y pala, cierres los ojos y que puedas hacer un trabajo de visualización:
- Si pudieras imaginarte tu mina de oro, ¿qué tamaño tendría? ¿Cómo sería la experiencia de recorrerla por dentro?
- ¿Qué estancias puedes diferenciar en tu mina? Aquí entra que se puedan realizar diferentes actividades en cada una. Oye, lo mismo tu mina tiene una cafetería dentro. Cosas más raras se han visto.
- ¿Puedes llegar a sospechar la cantidad de oro que hay en ella?
- ¿Te acompaña alguien en tu viaje a la hora de cavar?
- ¿Qué actividades de tu día a día te permiten tener mayor capacidad para cavar?
En ocasiones anteriores te hablaba de los diferentes talentos que podías reclamar para destapar tu creatividad y ahora te sugiero que puedas volver a ello, te puede dar alguna pista de cómo ir encaminándote hacia este propósito: hacer conscientemente eso que se te da mejor y que te enciende la llama; si te pueden pagar por ello, sería lo mejor.
Cree en tu «locura»
Si crees que es por ahí, y nadie más te dice lo mismo… Pero tienes atisbos de claridad y sabes que puede llegar a ser algo grande: empieza. El tiempo y la constancia serán tus aliados, esto al final es «pico y pala» (mwahahaha).
Fotografía de Color Crescent en Unsplash