Esto es algo que a veces genera controversia.
Cuando alguien se presenta como coach en la sala, hay quienes afilan sus miradas como diciendo para sus adentros: «Ya está aquí el vendehumos». Es una de las últimas de las supuestas profesiones impostoras en el ámbito de la salud y el bienestar.
Pero el coaching lleva existiendo como disciplina desde mediados-finales del siglo XX, adaptando sus reglas a las diferentes corrientes (y si me apuras, con antecedentes ya en la Antigua Grecia con los socráticos). Otra cosa es que sea en los dosmiles cuando se ha puesto de moda y ahora muchxs sean coaches con títulos de fin de semana.
Un coach es alguien que acompaña y hace preguntas, lleva a la otra persona a que descubra nuevos puntos de vista e ideas que puedan ser relevantes para su caso particular y su proceso.
El coach ha trabajado con su propia presencia, tanto con su comunicación verbal como con la no verbal, para acompañar desde un lugar interior sólido y atento a lo que le puede pasar al coachee.
La escucha activa, el no juicio, saber sostener con su silencio y mirada al coachee, la capacidad de llevarle a un estado de calma tras bloqueos que pueda traer de fuera… Son algunas de las materias que aprende el coach en su formación.
Y está presente en la confección del plan de acción con el cliente, pero no es él quien le dice lo que tiene que hacer, sino que es el coachee (cliente) quien lleva las riendas, diseña y ejecuta el plan.
El coach no es un terapeuta y tampoco es un psicólogo, aunque cada vez hay más coaches que han complementado su formación con otras disciplinas creando amalgamas interesantes, como por ejemplo coach+periodista, coach+nutricionista, coach+entrenador, coach+diseñador o coach+psicólogo.
Si nos ponemos estrictos con la nomenclatura del coaching, un entrenador personal y un coach, por ejemplo, no son lo mismo, aunque tradicionalmente a los entrenadores deportivos se les ha llamado coaches y hoy en día siguen posicionándose de esta manera por todas partes.
El coach deportivo (que no es lo mismo que ser entrenador personal) es un coach que se ha especializado en deportes y ha conseguido adaptar los conceptos del coaching a las especificaciones del entrenamiento deportivo y trata la motivación del deportista. Está especializado en trabajar con la mentalidad que hay detrás de «hacer deporte», pero no te prepara los ejercicios físicos que tienes que hacer. Aunque en la práctica, hay muchos entrenadores llamándose coaches y traspasando la línea del acompañamiento.
Aquí hay un gran jaleo.
Los entrenadores personales y graduados en ciencias del deporte y la actividad física, TAFAD y demás titulaciones deportivas han aprendido todo eso desde sus ámbitos y desde los temarios de su formación, pero no desde la disciplina del coaching específicamente. Ellos sí te pueden preparar una tabla de ejercicios, y en algún apartado de sus temarios tendrán la parte de trabajar la mentalidad, pero no será el núcleo de su enfoque.
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Un proceso de coaching tiene una duración acotada previamente (9 sesiones, por ejemplo) y va hacia una dirección concreta (un objetivo, misión o visión). Esto en otras relaciones de ayuda no siempre es así, donde puedes estar años indefinidamente y dando vueltas a lo mismo, sin sensación de avance.
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Un coach te puede acompañar a transformar identidades, creencias y valores, para que con los comportamientos de esta nueva versión tuya más sólida puedas generar un cambio a todos los niveles.
Te puede acompañar a transformar hábitos que te frenan en otros hábitos que te hagan avanzar. O no. También se han dado casos de coachees que se han ido de la consulta y han vuelto a hacer su vida, como si nada.
Pero la consciencia ya la han activado y el cambio «lo llevan puesto» aunque no se den cuenta. Pasar por la experiencia del proceso de transformación ya es un colador en el que han molido su ego.
Si necesitas un coach, puedes reservar tu primera sesión online gratuita conmigo y hablamos sobre cómo te puedo acompañar.
