Este post forma parte de Väsen, el monográfico de Pongo mi foco sobre lo esencial. El primer capítulo va de rehabilitación digital y dentro de él, te acompaño en el viaje hacia conseguir tener una identidad digital en su expresión más esencial, eliminando el ruido.
En este recurso encontrarás estrategias de filtro y optimización de cuentas de correo electrónico.
Presumir de llegar a ver la bandeja de entrada vacía al final de cada día tiene que ser increíble, pero para muchos es un sueño inalcanzable si no cambiamos de hábitos de consumo digital. Hoy vamos a ver si damos algún paso en esa dirección.
Confieso que se me ha dado fatal desde siempre mantenerme firme en una sola cuenta, y he ido por fases. He aquí las más recientes:
De 2009 a 2012 usé una. En esta estaba todo más o menos bien porque era la única que usaba y tenía personal y profesional todo junto, por lo que sí o sí, me enteraba de todo.
Luego en 2013 me creé otra porque actualicé mi nombre profesional y fui así de chuli que cambié mi identidad digital en todo -pero seguía usando la cuenta anterior para quien ya tuviera la otra de antes-, por lo que con los años el juego se ha ido volviendo más complejo.
Desde 2016 tengo una tercera cuenta que es la que casi siempre uso hoy en día (pero no cerré las dos anteriores) y la pregunta que me hacía todo el mundo cuando me tenía que enviar algo es:
«¿A cuál de todas te lo envío?»
Y a mí me salía decirles: «A cualquiera, lo voy a ver igual». Pero la realidad es que luego entraba a mis tres cuentas de correo personal y no sabía ni yo lo que había ahí dentro. Así que me puse manos a la obra ahora en 2020 con el objetivo de cerrar todas las cuentas personales menos una.
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Yo he venido aquí a limpiar
¿Controlas tu bandeja de entrada, o te controla ella a ti?
Crea filtros y etiquetas para los remitentes frecuentes de correos que recibas, empieza con solo la primera página si tienes mucho jaleo. A lo mejor esta tarea te lleva tiempo, pero es efectiva.
Lo que me ha servido a mí es ponerle colorines a las diferentes etiquetas en función de si es:
- SERVICIO QUE CONSUMO
- FUENTE DE INSPIRACIÓN
- FUENTE DE SALUD
- FORMACIÓN
- «ME ALEJA DE MI PROPÓSITO»
Filtra lo que quieras en esta primera fase y cierra.
Haz tu vida normal.
Vuelve a mirar tu bandeja de entrada a los días.
Cuando ves que van entrando todas identificadas, de un golpe de vista puedes ver estadísticamente lo que llega (gastos, inspiración o chorradas que te dispersan) y cuando abres algún correo, sabes que ha funcionado porque encuentras rápido la información y como está identificado confirmas que te interesa según los filtros que definiste en la fase 1.
También puede ocurrir que te parezca todo super interesante cuando creas los filtros, pero luego la realidad es que de la página 1… Una semana después no has abierto nada. Lo mismo hay que pasar algún remitente a la categoría de nominados.
Parece eso una torre de controladores aéreos vigilando quién entra y quién sale. A priori es un rollo, pero funciona porque al final acabo sintiendo satisfacción sabiendo que tengo consciencia de quiénes me envían correos. Y voy intuyendo a quiénes voy a nominar pronto.
He llegado a una conclusión: tras un mes o dos de recibir mails tagueados sin abrir, lo que un día piensas que es esencial, puede que un mes después no lo sea, por lo que aquí no hay que ser extremista borrando. Solo me desuscribo si pasados dos o tres intentos de decirme a mí mismo «Venga, voy a leerles«, acabo no haciéndolo. O si me quedan dos días para cerrar la cuenta y ya sé que todo eso se va a la basura… Si me desuscribo antes de borrar la cuenta, les ahorro unos cuantos errores de emails devueltos cuando vuelvan a enviar cosas.
Nivel Farero Experto:
- ¿Quieres guardar mails de esa newsletter que hoy no te vas a leer, pero quieres borrarte y deshacerte de todos los correos? Hay una opción maravillosa en Gmail que se llama Reenviar como archivo adjunto y que te permite seleccionar toda esa pila de conversaciones con Mariángeles en las que os descojonábais vivxs y enviártela a tu piso nuevo en una sola caja para releerlos cuando quieras.
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Eliminar la cuenta
Se acerca el gran momento. Lo que hay que tener bien atado es que si eliminas una cuenta, todas las cuentas de servicios y apps que tiraban de ella, deberían ser redirigidas primero a otra cuenta alternativa. Este paso no sería la primera vez que se me olvida, y he acabado perdiendo alguna cuenta de algo que tampoco era esencial.
Antes de cerrar una cuenta de Gmail, en mi caso por ejemplo (y muy probablemente en el vuestro), conviene revisar también los principales servicios de Google que más usamos: Drive, Fotos, Documentos, Presentaciones, Contactos si es que los tienes sincronizados con la agenda del móvil, Calendario, Play Store…
Es un trabajo el de verificar que no nos dejamos ningún documento importante por ahí, apagar bien las luces y al final, clicar encima del avatar arriba a la derecha > Gestionar tu cuenta de Google > Privacidad y Personalización > Descargar, eliminar o crear un plan para los datos > Eliminar un servicio o la cuenta > Eliminar tu cuenta de Google. Un laberintico, ¿eh?
Y como ya hemos hecho toda la limpieza pertinente, no hay que descargarse datos de nada. Aceptas las condiciones y Eliminar. Voilà.
Molará si compartís en los comentarios vuestras experiencias eliminando correos, vaciando carpetas y despidiéndoos de vuestros videoclubs abandonados 😛
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Pongo mi foco en identificar lo esencial de mis intereses y decidir si quiero tener mis cuentas de correo electrónico llenas de mensajes que me acerquen o me alejen de mi propósito.
Tenemos el botón de suscribir muy rápido a veces. Piensa en si luego quieres pasar más o menos tiempo limpiando tu bandeja de entrada.
¿Tienes alguna anécdota que quieras compartir sobre esto de hacer limpieza de emails?
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Fotografía de Juli Kosolapova en Unsplash