Este post forma parte de Väsen, el monográfico de Pongo mi foco sobre esencia. El primer capítulo habla sobre minimalismo digital y dentro de él, os he ido explicando un poco de mi viaje hacia conseguir tener mi identidad digital en su expresión más esencial, eliminando el ruido.
En este recurso encontrarás estrategias de selección y optimización para tus redes sociales.
[ Si vas con prisa, al final del post encontrarás el recurso y el resumen ]
El objetivo de estos recursos es que estén ligados a la práctica, por lo que te recomiendo que, si has llegado hasta aquí y te apetece limpiar tu identidad digital, cojas un cuaderno, boli y tengas tus redes sociales abiertas en diferentes pestañas.
Y también tráete tus ganas de disfrutar de este viaje hacia la esencia, que da muchas alegrías.
No hay que hacer toda la limpieza de golpe: está bien tener una visión global, ver el proceso con sus fases y que puedas tomar nota de algún detalle que veas por aquí, limpiar un poquito en una fase 1, sin venirte arriba.
Luego puedes cerrar el cuaderno y te olvidas de esto en un tiempo…
Hasta la fase 2 de la limpieza, en la que tampoco hay que venirse muy arriba a no ser que ya lo tengas tan claro que cierres todo en la segunda sesión.
Para la mayoría de los mortales, es un proceso que lleva tiempo.
Lo bueno es que una vez empiezas con el Digital Detox, es un vicio, y cada vez perfeccionas más el criterio de selección. Si tienes suerte, se te contagiará al resto de áreas de tu vida y seguirás limpiando tu casa, tu cuerpo…
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The basics
Aquí contemplaremos los básicos que afectan a todas las redes. En tu mano queda si quieres que en todas las redes haya una misma identidad, con nomenclaturas e imágenes consistentes, o si quieres que cada una baile un folclore diferente, adaptándose al público de cada red.
Para hacer mi proceso de integración estoy yendo hacia un modelo de coherencia entre todos los canales, que es el que seguiré en la explicación.
Quién:
Un mismo nombre, unificado con tildes o sin tildes en todas las redes.
Mi eterna guerra con los nombres, que al final, tras muchos años de viaje y batalla, ha acabado con usar mi nombre y primer apellido reales.
Sobre el tema de las tildes y apellidos, puntualizaré que si te vas a mover en un entorno de webs de fuera de España, las tildes son el mal para algunos sistemas (y personas que no sepan cómo se leen), igual que poner un segundo apellido. Algunas webs al enviarte pedidos, cartas o notificaciones por email ponen el segundo apellido como el primero, y al final te acaban poniendo el primer apellido como segundo nombre. No sé si os ha pasado alguna vez, pero da rabia. Simplificado a «Nombre + Un solo apellido», todo sin tildes: universal.
Nombre de usuario:
Es la manera irrefutable de encontrarte dentro de una base de datos: puede incluir letras, números, determinados símbolos… y sin espacios. Nuestra máscara en el mundo durante un tiempo.
¿Qué elementos de nuestra esencia aparecen en el nombre de usuario?
Una opción es tirar por nombre y apellido, intentando mantener el mismo en todas las redes posibles.
Al no poder conseguir mi propio dominio .com con mi nombre, he optado por la versión minimalista: todo sin vocales. Y aún así, en Gmail y en Instagram no estaba libre. En esos casos, lo mejor es no alejarse mucho del username elegido y probar añadiendo algún símbolo, carácter o palabra corta que nos permita conseguir que nos dejen registrarlo. O buscar otro que nos permita conseguir el jackpot en todas las redes de la manera más esencial.
Para qué:
Para qué te vas a comunicar. Define si quieres tener personal y trabajo en dos cuentas separadas o si quieres tener todo en la misma.
Yo en esta nueva etapa he decidido que quiero ser coherente en todas y presentarme de una manera esencial en cada canal… sin separar personal y trabajo.
Mi cuenta personal también está abierta a uso profesional, por lo que mi estándar de publicación es para todos los públicos y lo que intento principalmente es no emitir opiniones que puedan herir a otros y me puedan venir de vuelta.
Dónde:
Dónde vives ahora.
A mí me ha servido dejar de usar todos los destinos en los que iba estando por temporadas (poner que estaba en Madrid y en Barcelona a la vez me convalidó el primer nivel de Omnipresent Lighthouse Keeper), impidiéndome enraizarme en un mismo lugar.
Foto:
Aquí una opción sería perseguir una cierta coherencia de marca personal y atrevernos a usar ese fotón y mantenerlo como identidad digital de manera consistente en el tiempo.
En el pasado ponía una foto diferente para cada red y las iba cambiando sin motivo aparente con bastante frecuencia. Coherencia tendiendo a cero.
Bio:
Atraerás a personas que vibren en tu frecuencia o no en función de cómo de fiel seas en tu bio a lo que eres en esencia y lo que ofreces al mundo.
Antes escribía biografías absurdas en las que solamente atraía a personas que tuiteaban aleatoriamente. Ahora me mantengo coherente en «healthcare journalist · branding freak · coach«.
Aquí también es interesante decidir si queremos potenciar un aspecto diferente de nuestra identidad digital en cada red. Si es este el caso, adaptar la bio a cada una de ellas es una buena idea.
Contraseñas:
Google nos pide que revisemos accesos de vez en cuando. No sé si os habrá pasado, pero en algunas cuentas puede haber tanta seguridad para entrar (o que no nos acordamos de contraseñas) que puede ser imposible acceder a día de hoy.
Aquí lo que me ha servido a mí ha sido resetear las contraseñas de casi todo a un nivel en el que ahora no me pase tres años en la puerta decidiendo «¿Con qué llave abro?» y generarme pistas a mí mismo para recordarlas más o menos fácilmente a partir de ahora.
Esto puede llegar a ser entretenido, teniendo en cuenta de que para entrar en algunas ya es una odisea y luego accedes a Cambiar Contraseña y te pide que la nueva incluya una mayúscula, una minúscula, un número, un símbolo y sangre de unicornio… para cerrar con un captcha que nunca acaba de generarte semáforos nuevos que clicar.
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Una vez que tenemos los básicos, pasaríamos a decidir cuántos canales y cuáles queremos tener, para aplicar nuestra identidad a cada una. En mi caso las esenciales son:
Yo lo que he hecho ha sido listar las redes en las que tengo presencia y pasarles el siguiente filtro:
¿Qué función cumple cada una para mi estrategia?
¿Qué tipo de mensajes quiero dar en cada canal?
¿Es el tono de voz que uso coherente con lo que quiero conseguir?
¿Comparto valores y aficiones con mis compañeros de viaje en cada red?
Revisar si estoy escupiendo hacia arriba con las publicaciones de cada una.
Y lo más importante: Ser realista con el compromiso de actualización que quiero adquirir, sin ponérmelo demasiado difícil. La constancia es un músculo que se entrena día tras día.
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Yo he venido aquí a limpiar
Abre una de tus redes sociales.
Ve bajando por el muro.
De la que veas algo que te chirría, párate y mira a ver si alguno de los siguientes puntos puede darte alguna pista con las nominaciones:
- ¿Le sigues de hace mucho?
- ¿Le conoces en persona?
- ¿Habláis?
- ¿Le empezaste a seguir por postureo?
- ¿Va en dirección a tu propósito lo que publica?
- ¿Ha chocado con tus valores su visión del mundo últimamente?
- ¿Le sigues por quedar bien?
El objetivo de esto es reducir el número de publicaciones que te alejen de tu esencia y/o propósito y que entrar de nuevo al muro no suponga un crash contínuo.
NIVEL MASTER OF LIGHTHOUSE GODS:
- ¿Cómo puedo saber si alguien me sigue en Instagram? Instagram no te indica a primera vista si alguien te sigue o no, si es que tú ya le sigues. Mientras ves tu propia lista de «seguidos» en plena tarea de cribado, es tan fácil como hacer click en el perfil del usuario en cuestión, ir a sus seguidos y deberías salir el primero de la lista.
- Yo reconozco que muchas veces lo que publican algunas personas a las que sigo no me hace mucha gracia, pero intento resistir el calentón y no dejar de seguir a no ser que haya motivos de peso. Facebook tiene opción de Dejar de seguir y Twitter tiene opción de Silenciar. En ninguna de ellas dejáis de ser amigos.
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Pongo mi foco en optimizar mi rutina diaria digital y en decidir qué redes sociales mantengo y cómo publico en ellas, revisando también de quién me acompaño en mi día a día digital.
Limitar el uso de redes sociales también es una virtud. Y por consiguiente, limitar el uso de pantallas es algo también saludable para el cuerpo.
¿Qué beneficios te ha reportado hacer limpieza en redes sociales?
Si te apetece compartir tu proceso de limpieza digital en los comentarios, estaremos encantados de conocer tu historia 🙂
Fotografía de Christopher Stark en Unsplash