Hay una expresión inglesa que me gusta mucho y que no siempre he sabido cumplir: «Stick to the plan». Significa continuar haciendo algo con determinación y no cambiarlo por nada. Claro que esto suena poco flexible. La vida nos pondrá retos por el camino y nuestra habilidad de adaptarnos y/o mantenernos en nuestro plan original nos permitirá (o no) llegar donde queremos.
A veces nos apetece una cosa y para llegar a ello podemos encontrar diversas rutas. O puede que nos apetezcan varias cosas, cada una de ellas requiriendo diferentes itinerarios. Si nos dispersamos, es posible que no lleguemos a cumplir el objetivo porque hay versiones secundarias en el discurso que nos distraen del camino principal.
Mantenerse en una sola versión significa mantener a raya a la dispersión y decir que no a posibles y tentadoras oportunidades de conseguir un jardín verde y frondoso como el de tu vecino (aunque lo tuyo sean los cactus).
A lo mejor tu objetivo es más ambicioso que para conseguirse en un mes. Entonces, estar ramificado cada día y poner acciones en cada una de las rutas no es tan efectivo: es más eficaz apostar por UNA dirección deseada y alinear todas las acciones en ese itinerario. Aunque cueste tiempo llegar, si hay menos dispersión va a ser más fácil llegar. A lo mejor suena muy obvio, pero está bien recordar esto y aplicarlo en el día a día. Conviene hacer las paces con la frustración de la impaciencia, gestionar bien el timing y decirse cada día a uno mismo que «estoy yendo por el camino que mejor se ajusta a mis características y objetivos».
¿Cómo llevas tu actitud de jardinerx?
Conseguir un objetivo es un trabajo en el que interviene la actitud del jardinero: (1) preparar el terreno para la siembra, (2) elegir las semillas que queremos plantar y ser fiel a las frutas/verduras que hemos elegido cosechar. (3) Regar nuestra plantación y después, (4) cuando veamos que hay señales que nos indiquen que el fruto está maduro, recoger la cosecha.
Hay cosechas que requieren varios ciclos para ser recogidas, puesto que en la vida hay veces que los objetivos no se consiguen a la primera. Esto requiere trabajar mucho la paciencia y perseverancia.
Una vez recogidos los frutos, cerrar el ciclo para poder abrir uno nuevo: preparar el terreno para el descanso, dejarlo reposar y al cabo del tiempo, volver a prepararlo para una nueva siembra.
Amar la versión que hemos decidido seguir para vivir. Si vienen dudas, recordar por qué estamos en esa dirección y seguir en ella.
El otoño no es un momento para recoger frutos a lo bestia, sino de introspección, hibernación y sembrar/regar nuestras ideas, para que en primavera podamos ver los frutos.
¿Cuál es tu plantación? ¿Cómo puedes mejorar tu sistema de riego esta temporada para recoger mejores frutos en unos meses?
Fotografía de Vince Fleming en Unsplash