Puede que al ponerte frente a la página en blanco te surjan bloqueos, que no sepas qué crear o que te dé vértigo mirar montaña arriba.
Y que luego, además, sientas que hay mil ojos sobre ti a la hora de publicar cosas:
«¿Cómo voy a conseguir que la crítica a mi obra no me moleste?»
¡Es mío… Mi tesoooro!