Simplemente entra por la puerta y hazlo, lo que sea que no te atrevas a hacer. Ya veremos luego si te has pasado o no.
No mola supeditar tu vida a que tus fantasmas mentales o esa vocecilla de la conciencia te pidan «que llames al timbre» primero y veas si se puede entrar para estar completamente seguro.
Claro, que en el pasado puede haber habido ocasiones en las que has entrado y no se podía… No estamos en 2022 para cagarla más (o sí).