El inicio de la dispersión es tener más de una cosa de cada categoría (ya sea en el trabajo, en casa o en tus hobbies).
Empiezas a ramificarte.
Si estás leyendo un libro, acaba con él antes de meterte a leer otro. En caso contrario, tendrás dos procesos abiertos y tienes que poner el foco en atender los dos para cerrarlos. Se complica un poco la historia.
Cuando hay varias cestas y procesos abiertos, la organización tiene que ser mejor porque se corre el riesgo de empezar a abrir ventanas nuevas y sembrar más de la cuenta, sin atender a las plantas ya sembradas.
En el caso de tener una cosa de cada, vas atendiendo y regando cada proceso con el foco que necesita cada uno.
Poco a poco vas desarrollando más foco y profundizando en ello, puedes fortalecer tus raíces y mantenerte en una misma versión.
¿Cómo podrías empezar hoy a simplificar tus ramificaciones?
Fotografía de Krisztian Tabori en Unsplash