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Ese nosequé Hábitos

Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo

«Me gustaría tener un cuerpazo y llevar una alimentación equilibrada, con algún que otro cheat meal, sin pasarme de dieta milagrosa, ni morirme de hambre, ni darme los excesos de un marajá»

La autoexigencia del equilibrio perfecto. Chica, qué agotamiento.

Seguro que te suena. Conseguirlo no es tan fácil como suena. Tampoco te pido que lo hagas.

Con las vidas que llevamos, puede llegar a ser una utopía. Luego el día a día nos lo pone difícil para cumplirlo.

Pero algo que sí que me ha ayudado un poco en mi recuperación de bienestar nutricional a lo largo de los años es mi refrán favorito con respecto a la alimentación: «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo».

Si algo he aprendido en todos estos años en los que he intentado cuidarme, es que la energía y el cuerpo a lo largo del día siguen los ritmos circadianos y es interesante que nos podamos alinear con ellos, en la medida de lo posible teniendo en cuenta nuestras rutinas.

Nuestros horarios y nuestros trabajos nos condicionan, pero la biología es sabia.

Por la mañana y durante el día hay que darle un sustento adecuado al cerebro y al cuerpo, que pueda funcionar bien en el trabajo o en las actividades principales de la agenda diaria.

Por otro lado, llegar a la tarde/noche y detectar que el cuerpo está cansado y no estimularlo más, sino darle la bienvenida a ese cansancio, es gratificante: sentir que el día llega a su fin y que hemos estado aprovechándolo.

Intento no fliparme dándole a mi cuerpo el cenón. Esto podría ponerlo de nuevo en marcha y jugar en mi contra a la hora de dormir.

Aunque hay días que sucumbo a la tentación.

¿Cómo rediseñar la agenda diaria de lo que comemos sin meternos en camisas de once varas?

Simplemente observa lo que comes y replantéate tu relación con ello. A nivel físico, a nivel mental y a nivel emocional.

Sin entrar tanto en el qué (aquí lo suyo sería buscar un análisis nutricional con un especialista en nutrición), pero sí en el cómo:

  • ¿Qué sensaciones físicas notas a lo largo del día como fruto de mi alimentación? ¿Pasas hambre? ¿Te duele la tripa?
  • ¿Qué piensas acerca de los alimentos que ingieres? ¿Piensas que sería mejor ir eliminando los dulces y los alimentos de origen animal?
  • ¿Te lo pasas bien con la dieta que estás llevando? ¿Disfrutas de lo que comes?
***

Hace tiempo tuve una muy buena maestra en estos temas: le cambió el orden a la tan mítica como estigmatizante “Eres lo que comes” y me invitó a verla de otra manera:

“Come como eres”

En vez de amoldarnos nosotros a la dieta, que sea ella quien se amolde a nuestra personalidad y a nuestro día a día.

Fotografía de Monika Grabkowska en Unsplash

Por Daniel Vázquez

Acompaño a personas y organizaciones a superar bloqueos creativos. Soy periodista, diseñador gráfico/web y coach. He creado un programa online para poder ir de copiloto en tu aventura como creador/x de contenidos, ayudarte si estás atravesando un burnout personal/profesional o aportarte algo de luz en épocas de cambio. Puedes seguirme en redes sociales: LinkedIn | Twitter | Instagram


       

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